martes, diciembre 01, 2009

Guapamente Torontiano


El sábado estuve en el VIII Salón del Cómic de Getxo pasando la tarde. Aparte de ver chicas con peinados raros y minifalda, y chicos vestidos de negro siguiendo a las chicas de peinados raros, pude disfrutar de la compañía de los fanzineros Pedro Toro y Amanda Vázquez, que presentaban el 5º número de Toronto, el fanzine tonto.

Nunca he sido de leer fanzines, más que nada porque pocos han caído en mis manos (la culpa es de la sociedad), pero éste tiene todos los elementos necesarios para convertirse en mi "publicación temática no profesional realizada por y para aficionados" preferida: su materia prima es el chiste fácil, el humor malo, la gracia barata, la burla absurda; no contiene textos sesudos sobre iluminación dogma escritos por estudiantes de 1º de comunicación audiovisual; cuentan con buenos dibujantes y colaboradores de lujo; cada número contiene un suplemento con diferentes temáticas; y si eres muy vago te puedes descargar cada fanzine desde su blog (aunque recomiendo conseguir las copias en papel, te lo agradecerán).

No hay mejor manera de explicar el tipo de humor con el que te encontrarás que poniendo un ejemplo, por lo que aquí esta uno de los chistes que el señor Toro ha dibujado para el último número, acompañado de una mini entrevista a su persona.
-¿Cuántos Pedros Toro hacen falta para cambiar una bombilla?
Ninguno, pues en casa de los Torontos no es necesaria la luz artificial. Nos iluminamos con la brillantez de nuestras mentes y el fulgor de nuestras ideas.
-¿Qué prefiere usted, erradicar el hambre en el mundo, la paz mundial, o un bocata de calamares?
Hombre, yo creo que lo justo sería que Calamares compartiera su bocata con el tal Edmundo. Así que elegiré la paz mundial, lo que me pone un paso más cerca de ser Miss Universo.
-¿Ha montado a caballo desnudo alguna vez?
Creo que me confunde ud con aquella noble inglesa del S.XI. Esa que era tan pija y excéntrica como Paris Hilton, que un día le dio por pasearse en culos por entre sus vasallos hasta que el sastre Pepín Tom pensó: "¿La dygo Diva?" y se lo dijo.
Al final pobre Tom se quedó tuerto y en el pueblo bajaron los impuestos, creo... Yo qué sé, la Alta Edad Media fue una época de oscurantismo y memez generalizada.
-¿Cuál es su pastel favorito? ¿Me da un poco?
Mi pastel favorito es la palmera de chocolate con nata por dentro. Le daría un pedazo, pero se me ha aparecido en Getxo un chico de Tolosa que venía del futuro y se ha llevado el último trozo.
-¿Cuando era pequeño a qué jugaba usted en el recreo?
Según la época pero mayormente a juegos tradicionales como las canicas, las chapas o Los Caballeros del Zodiaco.
-Dígame que haría usted en caso de extraviarse por el Barrio Ruso de Jarandilla de Pozohondo.
Buscaría el campanario más cercano para encaramarme a él y repetir la táctica que usamos cuando nos perdemos por Toronto. Subir a lo más alto y divisar "Toronto to, Toronto'ntero" o, en este caso, "Jarandilladepozohondontero", que viene siendo lo mismo...


1 comentario:

  1. oh dios, mi niñez no me permite más que llorar ante semejante POTORRO

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